| Problemas 
              en el citodiagnóstico de líquidos de punciónValor del AgNOR
  AgNOR en células provenientes 
              de un líquido de punción positivo
 
 La Citología se enfrenta en 
              ocasiones con materiales que son un verdadero desafío aún 
              para un observador experimentado. Un ejemplo de este tipo de muestras 
              son los líquidos de punción, que debido a las características 
              propias del material ( células desprendidas de membranas 
              flotando en el líquido contenido en las cavidades serosas) 
              pueden mostrar alteraciones celulares de difícil interpretación.
 Frecuentemente la producción de derrames en dichas cavidades 
              se debe a un tumor maligno metastático y en menor grado a 
              un tumor primitivo de la serosa (mesotelioma). La evaluación 
              citológica de muestras coloreadas con Papanicolaou y Giemsa 
              puede llegar a carecer en muchos casos de la exactitud requerida 
              para establecer un citodiagnóstico correcto.
 Teniendo en cuenta lo importante del resultado del examen de estos 
              líquidos, ya que el informe decidirá en la mayoría 
              de los casos la conducta a seguir; existe gran preocupación 
              para aumentar la sensibilidad y especificad del diagnóstico 
              citológico. Lo primero se refiere a evitar que se informen 
              negativas muestras con células neoplásicas (falsos 
              negativos), y lo segundo a que se consideren como malignas células 
              que sólo presentan cambios reactivos (falsos positivos).
 El Comité de Redacción de Acta 
              Bioquímica Clínica Latinoamericana ha seleccionado 
              este artículo publicado en la Revista DByM – Diagnóstico 
              Bioquímico y Molecular, Año IV, Nº 5 - 2006, 
              para su difusión a través de FABA Informa Dra. Adriana Esther Rocher 
              Dr. Luis Alberto Palaoro
 Sección Citología, Departamento 
              de Bioquímica Clínica, Facultad de Farmacia y Bioquímica, 
              Hospital de Clínicas, UBA.
 
 La zona gris de los líquidos de punción
 
 Los materiales con escasas células neoplásicas pueden 
              resultar un gran problema para la observación citológica, 
              pues éstas pueden pasar inadvertidas, sobre todo si se acompañan 
              con elevado número de células benignas.
 El resultado sería un informe “falso negativo”, 
              situación muy poco frecuente en el citodiagnóstico 
              de las efusiones. Lo inverso ocurre con mayor frecuencia, y se debe 
              principalmente a la interpretación errónea de células 
              benignas de origen mesotelial como malignas, cuando dichas células 
              muestran cambios morfológicos propios de una elevada reactividad, 
              como se da en reacciones proliferativas del mesotelio como respuesta 
              a estímulos inflamatorios.
 También las células que flotan durante mucho tiempo 
              en los líquidos de derrame desarrollan cambios pre-necróticos, 
              que a veces son indistinguibles de alteraciones por cáncer, 
              lo que conduciría a los “falsos positivos”.
 En todos los casos descriptos se produce un error en el citodiagnóstico, 
              que dependerá además, en cierta medida, de la experiencia 
              del observador.
 Pero ni el más experimentado citólogo puede evitar 
              en su estadística esta “zona gris”, dudosa, de 
              diagnóstico incierto1.
 El factor humano explica porqué las sensibilidades informadas 
              en el diagnóstico citológico de los líquidos 
              de punción varíen tanto de un grupo de investigación 
              a otro.
 
 ¿Puede disminuírse la 
              zona gris?
 
 Numerosos intentos se han desarrollado en el transcurso de los años 
              con el propósito de aumentar la sensibilidad del citodiagnóstico. 
              Los más antiguos fueron los tradicionales métodos 
              citoquímicos, como la reacción de P.A.S. para investigar 
              polisacáridos provenientes de ciertos tipos de adenocarcinomas 
              secretores.
 Posteriormente se incorporaron técnicas como la inmunomarcación, 
              que con alta sensibilidad puede detectar la presencia de ciertas 
              proteínas relacionadas con procesos neoplásicos en 
              las células de los líquidos sospechosos2.
 Así, el antígeno carcinoembrionario (CEA) y el antígeno 
              epitelial de membrana (EMA) se revelan en la mayor parte de los 
              adenocarcinomas metastáticos de serosas.
 El CEA ofrece una ventaja extra, pues es negativo en los mesoteliomas 
              malignos, que son tumores primitivos de serosas, a veces de difícil 
              diferenciación morfológica con un tumor metastático3.
 Pese al enorme número de anticuerpos monoclonales desarrollados 
              para utilizarse como técnica auxiliar en la diferenciación 
              entre células malignas y reactivas en efusiones, existen 
              controversias por resultados contradictorios en muchos de ellos, 
              lo que naturalmente limita su aplicación en los casos de 
              rutina4. Otro problema que “surge al intentar utilizar la 
              metodología de inmunomarcación es el alto costo de 
              los anticuerpos y del sistema de revelado, especialmente en nuestro 
              país, donde todos estos reactivos deben ser importados.
 El estudio de la Ploidía (contenido de ADN de las células) 
              significó una gran contribución a la diferenciación 
              de poblaciones diploides (células reactivas) y aneuploides 
              (neoplásicas), pero la implementación de esta técnica 
              requiere coloraciones especiales para ADN (coloración de 
              Feulgen) y un programa de computación que permita la medida 
              del contenido de ADN de 400 núcleos, lo que implica tecnología 
              costosa, consumo de tiempo y personal adiestrado5.
 En los últimos años se ha estudiado la aplicación 
              de una técnica que revela las proteínas no histonas 
              asociadas a la zona del organizador nucleolar (NOR), utilizando 
              sales de plata.
 Por este motivo se la denominó AgNOR6.
 
 AgNOR y nucleolo
 
 El conjunto de genes que transcriben RNA ribosomal se encuentra 
              en las constricciones secundarias de los cromosomas 13, 14, 15, 
              21 y 22. El tamaño del nucleolo varía de acuerdo a 
              la necesidad de la célula de generar ribosornas, y como consecuencia 
              incrementa la producción de proteínas.
 El número y tamaño de los NOR refleja la actividad, 
              proliferación o transformación de las células. 
              Podría pensarse que una coloración morfológica 
              del nucleolo nos daría información suficiente sobre 
              la capacidad de proliferación de una célula, y, sin 
              embargo, muchos ejemplos muestran que esta relación no siempre 
              se cumple. Basta mencionar que células neoplásicas 
              en necrosis suelen tener grandes nucleolos como consecuencia de 
              un proceso degenerativo, no como índice de su capacidad proliferante.
 Por esto se hace necesario una técnica que permita una medida 
              indirecta pero objetiva de la capacidad de división celular. 
              Se ha demostrado que el tamaño nucleolar y la actividad de 
              la RNA polimerasa I en líneas celulares neoplásicas 
              humanas están en relación inversa al tiempo de duplicación 
              de dichas células7. Estos hechos apoyan la idea de la medición 
              del área nucleolar o el recuento de las partículas 
              de AgNOR como parámetros de proliferación celular.
 Las células exfoliadas de serosas presentan nucleolo visible: 
              las mesoteliales normales tienen nucleolo pequeño y único, 
              las reactivas pueden aumentar el número de dicha estructura 
              y las adenocarcinomatosas se caracterizan por sus nucleolos grandes 
              y en ocasiones múltiples, de manera que las efusiones son 
              buenas candidatas para la aplicación de técnicas de 
              investigación de proteínas nucleolares8.
 
 Técnica de AgNOR
 
 Las muestras fijadas previamente en etanol 96° se colorean durante 
              25 minutos en la oscuridad con una solución coloidal de plata 
              obtenida mezclando dos partes de nitrato de plata 5% p/v en una 
              parte de gelatina al 1% p/v en ácido fórmico al 1% 
              v/v. Se lava 3 veces con agua deionizada, luego una vez con solución 
              de tiosulfato al 1% p/v durante 5 min, se deshidrata con xileno 
              y se realiza el montaje en bálsamo de Canadá.
 Las partículas de AgNOR se observan como puntos negros dentro 
              de los núcleos.
 Queda por decidir la forma de cuantificar los AgNOR. Si se elige 
              el recuento de las partículas (o puntos) de AgNOR, debe elegirse 
              sólo aquellas células que permitan contar todos los 
              puntos, eliminando del cálculo aquellas donde la superposición 
              o proximidad de los puntos impida su individualización. Se 
              cuentan 100 núcleos y se calcula el promedio de partículas 
              presentes (se utiliza el objetivo de inmersión).
 Nuestro grupo de trabajo realizó la evaluación de 
              la manera descripta, llegando a establecer los siguientes valores 
              de referencia para la diferenciación entre células 
              reactivas y adenocarcinomatosas en líquidos de punción9:
 • 
              Células mesoteliales reactivas: 4,88 partículas de 
              AgNOR por célula (desviación estándar: 1,50) • 
              Células neoplásicas: 13,17 (desviación estándar: 
              3,88) • 
              (diferencia entre las dos poblaciones: p<0,0001)   La otra forma de cuantificación de las proteínas 
              NOR es la medida de las áreas AgNOR en células reactivas 
              y neoplásicas (experiencia no realizada), pero esto implicaría 
              contar con un programa de computación que mida las superficies, 
              lo que no sería posible en muchos laboratorios.
 Conclusiones
 
 El recuento de partículas AgNOR en células de líquidos 
              de punción permite clasificar como benignos o malignos aquellas 
              muestras que resultan sospechosas al ser evaluadas sólo con 
              coloraciones morfológicas. Es una técnica fácil, 
              rápida, económica y no requiere instrumental especial, 
              pudiendo realizarse en cualquier tipo de laboratorio.
 Como resultado de la evaluación de AgNOR, la que denominamos 
              “zona gris” disminuye notablemente, con el consabido 
              aumento de la sensibilidad y especificidad del método.
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